Tú también
vas dejando ya
de respirar.
Ya no soportas
el peso de tus
párpados
y ya tu
respiración
se va haciendo
lenta muy lenta,
como diciendo
basta,
como no
queriendo llegar
sola a ese final
del camino,
como queriendo
esperar
a que yo siga tu
ritmo.
Y me arrastras,
en este 31 de
enero me arrastras.
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