(P.Vega 131215)
Por la noche la
bruma
invade mis
internos espacios
y en la mañana
he de recordar
y preguntarme
por mis lagunas,
vuelve a parecer
imposible.
Pregunto a la
mar
pero ella no
sabe,
tampoco la luna
cuándo la noche
se va haciendo
tan abrumadoramente
increíble
que ya ni en la
mar cabe
ese silencio de
locura,
mi nocturna
bruma.
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