Ricardo Garanda Rojas (Toledo, 011115)
Valles
magníficos,
con
ríos de agua limpia
que
a bajar obligan.
Arboles
frescos
y
helechos del trópico
desde
todos los tiempos prehistóricos.
Son
valles del norte,
de
por encima de la meseta.
Pero
en Extremadura,
dónde
la tierra enloquece
entre
norte y sur
en
una geografía inmadura
te
llevaste la sorpresa,
no
era valle, no era meseta,
es
Dehesa
el
nombre natural de esa locura.
Sus
encinas de muy lejos,
sus
canchales sosteniendo la tierra
y
las aguas encharcando
la
hierba.
Lo
supiste, no vemos nada
si
no vemos la dehesa.
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