Sonseca, 24-4-77
Nos despedimos.
No sé muy bien de qué.
Dímelo tú León,
o tú Dylan.
El libro se me cae de las manos
y el disco se rompe,
el tren se marcha
y el sol oscurece;
la tinta se acaba
y las ideas también,
pero nada se inmuta.
Llegará una carta teñida de gris:
Lo siento, sufro.
Un error.
Se acabó.
Adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario