lunes, 3 de abril de 2017

La letra pequeña

Fotografia de J.L. Romero

Toledo, 281015


Prisa,  ansia de empezar
la historia,
en un instante aceptamos
el contrato,
la marca de los días, las horas,
y empezamos a crear memoria
día a día, rato a rato,
algunos infumables,
sin comprender y menos asumir
nuestra materia frágil, imperfecta,
esencialmente incorrecta, vulnerable.


No marcamos nuestro tiempo,
nadie, nada, ni una idea,
ni un sueño, ni una decisión
prevé ni uno solo de nuestros instantes,
de nuestras previsiones,
nuestro cálculo erróneo
siempre causa decepción,
desilusión constante.

Estaba previsto
que no había nada previsto.
No puede preverse
lo que se incontrola,
lo que depende de nuestro ego débil,
nunca de la cara fuerte
de nuestra incierta imagen.
Y no la asumimos,
ni la conocemos ni la reconocemos,
nunca quisimos.

Siempre hemos sabido
lo que firmábamos
en ése contrato dónde dice y enseña
VIVE en grandes letras,
y luego páginas y páginas
nada ajenas.
Son de nuestra vida
y nuestra muerte
la letra pequeña.



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